La respiración y el sistema nervioso

El sistema nervioso autónomo regula, entre otras funciones, la respiración. 

Este sistema es el mecanismo primario que controla la reacción de lucha o huida, activando el sistema nervioso simpático, cuando interpretamos que hay peligro o amenaza -la respiración suele ser superficial y rápida-. El sistema nervioso parasimpático activa la respuesta de descanso y digestión cuando interpretamos que estamos a salvo -la respiración suele ser más lenta y profunda-.

 

Una respiración habitualmente superficial y la retención en inhalación a menudo presentes en una situación de dolor, estrés, miedo pueden poner al organismo constantemente en la respuesta de estrés (lucha, huida o parálisis).

 

Diversos estudios han revelado que esta interacción – emociones y respiración – no se da solamente en un sentido. A través de la respiración se puede estimular el sistema nervioso. Si por un lado, una sensación de calma, puede generar una respiración más lenta y profunda, por otro, una respiración más profunda puede estimular el sistema nervioso parasimpático y por lo tanto la respuesta de descansar y digerir.

 

Poder estar con lo que es – resiliencia y aceptación

Sin embargo, la “relajación” puede ser más compleja de lo que parece. No es algo que responda a un comando nuestro. De hecho, varios estudios han revelado que la actitud de ignorar o rechazar una emoción negativa genera aún más estrés y ansiedad. Si aplicamos este razonamiento a la experiencia de la respiración, puede ser interesante considerar diferentes aspectos de la consciencia respiratoria, por ejemplo, incluir la aceptación del ritmo respiratorio natural (aunque sea superficial y rápido) sin juicio pero cultivando la capacidad de poder estar con estas sensaciones. Cualquier trabajo de control o ejercicios respiratorios se verá altamente beneficiado por esta combinación.

El riesgo de centrarnos solamente en las técnicas respiratorias es quedarse atrapado en la búsqueda de una solución para salir de la incomodidad y saltarse la etapa de aprender a estar con la emoción difícil que es fundamental para la resiliencia y sanación. 

 

Un poco más sobre la respiración 

Veo que hay una confusión entre lo que es la respiración natural, las técnicas respiratorias y el rol de la respiración en la gestión de las emociones.

 

La respiración natural no es manipulada ni forzada, o sea, no hacemos nada para que sea ni más profunda, ni más larga, ni nada. Sale como sale. ¡Ojo! Este podría ser el paso más avanzado de la consciencia respiratoria.

 

Las técnicas respiratorias son maneras de influenciar en (o controlar) el flujo o ritmo respiratorio de maneras específicas con objetivos específicos. Tienen muchos beneficios pero no podemos pasarnos el día pensando si ahora inhalo o si ahora exhalo, o sea, no es una manera natural de respirar, son ejercicios.

Las emociones impactan la respiración y la respiración puede influir en las emociones, por lo tanto, podemos usar la consciencia de la respiración como una herramienta de gestión emocional – y es una herramienta maravillosa- por ejemplo, alargar la exhalación en momentos de ansiedad. El riesgo aquí es quedarse atrapado en la búsqueda de una solución para salir de la incomodidad y saltarse la etapa de aprender a estar con la emoción difícil que es fundamental para la resiliencia y sanación. 

Es fundamental darnos cuenta de nuestros hábitos y patrones respiratorios sin juicio aunque practiquemos técnicas respiratorias para llegar a liberar la respiración natural de manera integrada, o sea, llevar el cambio al día a día. Para algunas personas las técnicas respiratorias serán la primera toma de consciencia, o la puerta de entrada a la consciencia respiratoria o la gestión de la ansiedad o del dolor, y está muy bien. Mi propuesta en [Des]Aprender a Respirar contempla ampliar la perspectiva de la consciencia respiratoria como algo vivo, dinámico y recuperar la confianza en la sabiduría del organismo.

SEMINARIO: KEEP CALM Y [DES]APRENDE A RESPIRAR: