Me gustaría compartir con vosotr@s este artículo que publiqué en la revista Yoga Therapy Science. Está basada en los hallazgos del estudio Los efectos prosociables limitados de la meditación: una revisión sistemática y un metanálisis (artículo original en inglés, publicado en la revista Nature):
¿La meditación por sí misma puede hacer del mundo un lugar mejor, menos agresivo y más compasivo?
Esta fue la pregunta hecha por los autores del estudio. Aunque el mindfulness hoy día se define de forma muy sencilla y directa como “estar presente” es en realidad mucho más que esto y el hecho de que se haya simplificado demasiado puede generar confusión.
Para contestar a esta pregunta deberíamos aclarar 3 cosas: primero, el contexto de la práctica de mindfulness; segundo, el significado de mindfulness y por último, la práctica de la meditación:
Contexto de la práctica de mindfulness
Mindfulness tiene sus raíces en la práctica budista. De forma muy general, la primera enseñanza del Buda es «Las 4 nobles verdades». La cuarta verdad es que hay un camino para «salir» del sufrimiento (o de la “insatisfactoriedad”) y este camino es el «Noble sendero óctuple». De este sendero el séptimo es la «conciencia perfecta» o mindfulness (conjuntamente con la emoción perfecta, el habla perfecta, la acción perfecta, la subsistencia perfecta, el esfuerzo perfecto y la conciencia superior). Es un camino de transformación de todos los aspectos de la vida.
Si miramos sólo la séptima rama de este sendero, la conciencia perfecta, podemos clasificar los niveles de esta conciencia en:
- La atención consciente en las cosas
- La atención consciente en un mismo
- La atención consciente en los demás
- La atención consciente en la Realidad
Significado de mindfulness
Es difícil encontrar una traducción para las palabras en pali o sánscrito. Nosotros tenemos la palabra «mente» pero citta (que normalmente traducimos como mente) es en realidad mente-corazón. El kanji de la palabra mindfulness incluye la palabra corazón. Las traducciones occidentales se quedan cortas, enfatizando la mente y olvidándose del corazón.
Dicho esto, estoy de acuerdo con la siguiente frase del estudio: “Los practicantes e investigadores más tradicionales abogan por que la meditación mindfulness sin las enseñanzas éticas puede conducir a un tipo incorrecto de mindfulness.”
En relación a la idea anterior, siguen: “Un ejemplo de esto sería el del francotirador que tiene plena conciencia de su cuerpo, sus sentimientos, pensamientos e intenciones antes de apretar el gatillo, que libera la bala que matará a otro ser humano.”
Sobre el ejemplo anterior podemos considerar que no está aplicando mindfulness o bien que tiene una visión equivocada de mindfulness.
La práctica de mindfulness no debería estar separada de la ética y de la compasión (bondad, amabilidad).
Jon Kabat-Zin cuando creó el programa de Mindfulness para la Reducción del Estrés -MBSR- en los 70 evitó usar la palabra «compasión» por miedo a las interpretaciones o asociación con aspectos religiosos. Él quería un programa laico y respetado en el medio científico.
La compasión y la bondad pueden ser cultivados como valores fuera de cualquier religión. El propio Kabat-Zin, después de 40 años de haber creado el programa MBSR (y seguramente sin miedo a nada porque es una referencia mundial del mindfulness) en sus charlas habla de la importancia de no olvidarse de la compasión en la práctica de mindfulness.
Como dice Vidyamala Burch, creadora del programa Mindfulness para la Salud – MBPM – de Respiravida-Breathwork, mindfulness es como un pájaro, un ala es la conciencia y la otra es la compasión.
La práctica de la meditación
Primero de todo: es una práctica. Esto quiere decir que no haces un curso de 8 semanas y ya lo tienes, aunque sea un punto de partida transformador. En la práctica budista todas las meditaciones son «bhavanas» que significa cultivar, desarrollar (que implica dedicación y tiempo).
Básicamente se dividen en dos tipos: samatha y vipassana. Samatha son las meditaciones para cultivar la concentración y son la base para las meditaciones Vipassana (visión clara), que son meditaciones para cultivar estados mentales hábiles y emociones positivas (no confundir con el retiro de meditación vipassana que utiliza este nombre).
La práctica de mindfulness centrada en uno mismo (la respiración, las sensaciones físicas, el momento presente) es la base para la práctica de mindfulness centrada en los demás, es decir, cultivar la conexión, la compasión o bondad. El programa MBPM de Respiravida-Breathworks, por ejemplo, tiene esta estructura.
En este estudio también se pregunta sobre el efecto de la duración de la práctica de meditación. Debe quedar claro que el formato «8 semanas» es un formato didáctico y psico-educativo que enseña las herramientas para que la persona pueda seguir con su práctica. Aunque algunos estudios demuestren efectos positivos de estos cursos hasta meses después, es fundamental seguir con la práctica para mantener los efectos a largo plazo.
El otro aspecto es que las meditaciones (los audios disponibles) son cada vez más cortas para que las personas puedan encontrar «tiempo» para hacerlas. Cada vez hay más meditaciones de 10 minutos y ya hay estudios que demuestran un efecto en la reducción de estrés con 10 minutos de meditación al día. Si bien 10 minutos al día de meditación y un curso de 8 semanas son excelentes formas de aprender a meditar e introducir mindfulness en la vida diaria -con resultados demostrados -, para transformar nuestras relaciones sociales tenemos que ir más allá: necesitamos la dos alas del pájaro.
Por último, se debe tener en cuenta que antes de medir el efecto de la práctica de la meditación mindfulness en la «prosociabilidad/prosociality» deberíamos reconocer que no todos los programas o técnicas de meditación mindfulness contemplan los mismos elementos. Los autores mismos del estudio comentan que no tenían muy claro las diferencias entre algunas meditaciones.
Ellen Lima
Profesora de Mindfulness MBPM certificada por Respiravida-Breathworks
Profesora de FisiomYoga