Nadie quiere sufrir. Sin embargo, el sufrimiento, el dolor y las experiencias difíciles son parte de la vida, inherentes a la experiencia humana.

En el programa de Mindfulness y Compasión de Respiravida-Berathworks hablamos de dos niveles diferentes de sufrimiento: el sufrimiento primario y el sufrimiento secundario.

Sufrimiento primario

En el libro Tú no eres tu dolor, Vidyamala Burch y Danny Penman describen que el sufrimiento primario está compuesto por las sensaciones físicas desagradables.

Sufrimiento secundario

Superpuesto a él hay la existencia de un sufrimiento secundario, compuesto por todos los pensamientos, sentimientos, emociones y recuerdos asociados al dolor, entre los que destacan la ansiedad, el estrés, la preocupación, la depresión, la desesperación y la sensación de agotamiento.

Cuando somos capaces de identificar estos elementos tenemos la oportunidad de reducir el sufrimiento secundario aprendiendo a gestionar nuestros pensamientos y emociones acerca de nuestra experiencia física.

La aceptación

Vidyamala Burch, a raíz de su propia experiencia de vivir con dolor durante décadas, nos habla de cómo resistirse al dolor o a la experiencia difícil es la fuente del sufrimiento secundario. Y nos enseña que el antídoto a esta resistencia y rechazo es la aceptación. Hacer las paces con lo que no se puede cambiar. Vale la pena aclarar que lo que llamamos aceptación en el programa de Mindfulness y Compasión de Respiravida-Berathworks no consiste en aceptar lo inaceptable, ni resignarnos a nuestro destino. Al contrario, se trata simplemente de reconocer que -de manera provisional por lo menos- las cosas son como son.

Las capas innecesarias de sufrimiento

El concepto de sufrimiento primario y secundario no se limita a la experiencia del dolor y a la enfermedad. Es más, se aplica a cualquier situación y experiencia difícil, no deseada.

Cassandra Vieten en su libro, Mindful motherhood habla de las capas innecesarias de sufrimiento. Como una cebolla, vamos añadiendo capas y capas de sufrimiento a una experiencia: los pensamientos y emociones que van asociados a esta experiencia pero que no son la experiencia primaria – un dolor, un evento estresante, un imprevisto, algo que no sale como planeado, etc.-. La buena noticia es que podemos deshacernos de estas capas. ¿Es fácil? No. Pero es posible.

Primero aprendemos a distinguir los dos tipos de sufrimiento. Luego, aprendemos a aceptar el sufrimiento primario. Y entonces, de forma natural el sufrimiento secundario es reducido. ¿Cómo? El curso MBPM nos enseña las herramientas para hacerlo de forma gradual y didáctica a través de los 6 pasos del programa.

Ver el programa del curso

Ejercicio práctico

Te propongo un ejercicio inspirado en el libro de Cassandra Vieten. Consiste en hacer una tabla en la que describes una situación reciente que te resultó difícil, estresante, desagradable. Luego, en la columna al lado describes tus pensamientos acerca de la situación. Y en la siguiente columna escribes tus sentimientos y emociones.

SituaciónPensamientosSentimientos
 

 

 

Es probable que nos demos cuenta de que a menudo nuestras emociones están asociadas a nuestros pensamientos acerca de la situación y no a la situación misma.

 

Referencias:

Tú no eres tu dolor. Vidyamala Burch y Danny Penman. Kairós.
Mindful Motherhood. Cassandra Vieten. Noetic Books.